ARROZ CON MANGO EN MI CABEZA, ESTOY CONFUNDIDO.
Por Henry Familia / New York City.
Por los tantos años que llevo de vivir en un país al que nunca jamás me he podido acostumbrar, siempre me he constituido en una especie de consejero para todas aquellas personas que se sienten tristes, agobiadas, cansadas, deprimidas, sin deseos de nada, practicamente rendidas de todo, con fuertes dolores de arrepentimiento hasta de la misma vida, y recostada de un mundo en el que por su misma situación depresiva, se han hasta olvidado de que ese mundo está rodando y que tu debes ser parte de sus movimientos.
Siempre he dicho, y esto todo el mundo lo sabe, que el cuerpo y la mente humana son idénticos a un vehiculo de motor, al que en cierto tiempo hay que cambiarle parte importantate de sus féferes para que pueda trabajar mejor en su funcionamiento y en su rendimiento, y en los vehículos de motor a eso le llaman tune-up (tunó en dominicano) y en el organismo humano a eso le llaman vacaciones. Al menos eso pienso yo.
Carámba! justamente lo que estoy necesitando yo en estos momentos, y justamente lo que siempre le he aconsejado a mis amigos y a las personas que producto de la monotonía con la que se vive en éste país, su universo exterior está mucho más atrás de sus propias narices, y a los que les digo que tienen que hacerse ese tune-up, y viajar, (siempre y cuando tengan sus papeles) pero no a cualquier país del mundo, sinó a la República Dominicana, porque para mí, es el único rincón del planeta en donde consigo suplirme de ese aire que me dá esa fuerza y ese nuevo brío para seguirme desarrollando en un país al que forzosamente me han empujado a vivir por encima de mis propios deseos al igual que a muchos.
Pero ahora mísmo, en estos momentos; cómo aconsejarle a una persona amiga que valla a quisqueya aún sea su propia tierra, en medio de todas estas barbaridades que les enseñan los diferentes medios de prensa del país al exterior?
Robos, asesinatos, asaltos a mano armada, violaciones de to’ calibre a niñas, niños, mujeres y hasta a ancianas, desconfianza con quien se te acerca, huelgas a cada rato, falta de agua potable, drogas por doquier, una vaina que allá le llaman gasolina, pero que al llenar el tanque de tu carro, al recorrer unos cuantos kilometros se te esfuma como el viento, y que por su pobre calidad, y por otras cosas más, es la más cara del mundo, un grito que llevo conmigo desde mi nacimiento y que increíblemente todavía está igualito aún después de tantos años; “llegó la lúúú”. Funcionarios que eran pobres y que ahora son ricos millonarios, un presidente que tiene ojos, oidos y boca, pero que no ve, no oye, y si habla, no es más que para narcizarse sus propias palabras, otro ex presidente descabellado (a simple vista) que debió haber hecho pero no hizo, y que amenaza con decir y no dice nada, periodistas, empresarios, policias,jefes de iglesias, que desde la distancia, desde donde me encuentro, no hacen más que dibujar un oscuro panorama de mi país, al que últimamente tengo hasta miedo de visitar, y al que honestamente tengo miedo de sugerir para reponer las energías perdidas e inhalar ese nuevo suspiro de ideas, que tanta faltas nos hace para seguir nuestras marchas a to’ volumen sin que nada ni nadie nos detenga en éste aburridísimo país llamado Estados Unidos, al que si no fuera por sus dólares, quién carajo lo buscaría. Cómo lo sugiero?
Pero en la otra esquina, en los periodicos y revistas de sociales y de farándula; yipetas nuevas, carros de lujos, ropas caras, bares y bodegones repletos de bebedores casi a diario, discotecas que para entrar y para tomar hay que empeñar un ojo y dejar el otro en garantía, pero que siempre están llenas, inauguración de helipuertos, artistas internacionales que en cualquier otro país del planeta hacen presentaciones por quince veces menos que allá, pero no importa el precio de las entradas, como quiera se llenan sus espectáculos. Casas y edificios de todos los millones del mundo, en fin, muchas son las pomposidades que se exhiben desde ésta otra esquina y que de repente me hacen pensar que todo está bien por allá, y que no existen necesidades ningunas, y que es tremendo error que hemos cometidos los que decidimos buscar mejores condiciones de vidas en otras tierras, cuando es en nuestra quisqueya que está y ha estado siempre todas aquellas superaciones económicas y personales por las que tanto hemos luchado en otros paises.
No quisiera estar como estoy, pero de verdad que estoy perdido. Parece ser que existen dos mundos completamente diferentes en mi país, en el que ninguno de los dos se huelen, se tocan y ni se ven el uno al otro. No entiendo nada, honestamente que no. Mi cabeza parece un trompo, me dá vueltas y más vueltas buscando un lugar perfecto hacia donde mirar en mi país, pero no sé, por más que busco y busco, mi tutú sigue malo y completamente confundido. Que vaina ésta caráy!!!
henry.bambino@gmail.com
Por Henry Familia / New York City.
Por los tantos años que llevo de vivir en un país al que nunca jamás me he podido acostumbrar, siempre me he constituido en una especie de consejero para todas aquellas personas que se sienten tristes, agobiadas, cansadas, deprimidas, sin deseos de nada, practicamente rendidas de todo, con fuertes dolores de arrepentimiento hasta de la misma vida, y recostada de un mundo en el que por su misma situación depresiva, se han hasta olvidado de que ese mundo está rodando y que tu debes ser parte de sus movimientos.
Siempre he dicho, y esto todo el mundo lo sabe, que el cuerpo y la mente humana son idénticos a un vehiculo de motor, al que en cierto tiempo hay que cambiarle parte importantate de sus féferes para que pueda trabajar mejor en su funcionamiento y en su rendimiento, y en los vehículos de motor a eso le llaman tune-up (tunó en dominicano) y en el organismo humano a eso le llaman vacaciones. Al menos eso pienso yo.
Carámba! justamente lo que estoy necesitando yo en estos momentos, y justamente lo que siempre le he aconsejado a mis amigos y a las personas que producto de la monotonía con la que se vive en éste país, su universo exterior está mucho más atrás de sus propias narices, y a los que les digo que tienen que hacerse ese tune-up, y viajar, (siempre y cuando tengan sus papeles) pero no a cualquier país del mundo, sinó a la República Dominicana, porque para mí, es el único rincón del planeta en donde consigo suplirme de ese aire que me dá esa fuerza y ese nuevo brío para seguirme desarrollando en un país al que forzosamente me han empujado a vivir por encima de mis propios deseos al igual que a muchos.
Pero ahora mísmo, en estos momentos; cómo aconsejarle a una persona amiga que valla a quisqueya aún sea su propia tierra, en medio de todas estas barbaridades que les enseñan los diferentes medios de prensa del país al exterior?
Robos, asesinatos, asaltos a mano armada, violaciones de to’ calibre a niñas, niños, mujeres y hasta a ancianas, desconfianza con quien se te acerca, huelgas a cada rato, falta de agua potable, drogas por doquier, una vaina que allá le llaman gasolina, pero que al llenar el tanque de tu carro, al recorrer unos cuantos kilometros se te esfuma como el viento, y que por su pobre calidad, y por otras cosas más, es la más cara del mundo, un grito que llevo conmigo desde mi nacimiento y que increíblemente todavía está igualito aún después de tantos años; “llegó la lúúú”. Funcionarios que eran pobres y que ahora son ricos millonarios, un presidente que tiene ojos, oidos y boca, pero que no ve, no oye, y si habla, no es más que para narcizarse sus propias palabras, otro ex presidente descabellado (a simple vista) que debió haber hecho pero no hizo, y que amenaza con decir y no dice nada, periodistas, empresarios, policias,jefes de iglesias, que desde la distancia, desde donde me encuentro, no hacen más que dibujar un oscuro panorama de mi país, al que últimamente tengo hasta miedo de visitar, y al que honestamente tengo miedo de sugerir para reponer las energías perdidas e inhalar ese nuevo suspiro de ideas, que tanta faltas nos hace para seguir nuestras marchas a to’ volumen sin que nada ni nadie nos detenga en éste aburridísimo país llamado Estados Unidos, al que si no fuera por sus dólares, quién carajo lo buscaría. Cómo lo sugiero?
Pero en la otra esquina, en los periodicos y revistas de sociales y de farándula; yipetas nuevas, carros de lujos, ropas caras, bares y bodegones repletos de bebedores casi a diario, discotecas que para entrar y para tomar hay que empeñar un ojo y dejar el otro en garantía, pero que siempre están llenas, inauguración de helipuertos, artistas internacionales que en cualquier otro país del planeta hacen presentaciones por quince veces menos que allá, pero no importa el precio de las entradas, como quiera se llenan sus espectáculos. Casas y edificios de todos los millones del mundo, en fin, muchas son las pomposidades que se exhiben desde ésta otra esquina y que de repente me hacen pensar que todo está bien por allá, y que no existen necesidades ningunas, y que es tremendo error que hemos cometidos los que decidimos buscar mejores condiciones de vidas en otras tierras, cuando es en nuestra quisqueya que está y ha estado siempre todas aquellas superaciones económicas y personales por las que tanto hemos luchado en otros paises.
No quisiera estar como estoy, pero de verdad que estoy perdido. Parece ser que existen dos mundos completamente diferentes en mi país, en el que ninguno de los dos se huelen, se tocan y ni se ven el uno al otro. No entiendo nada, honestamente que no. Mi cabeza parece un trompo, me dá vueltas y más vueltas buscando un lugar perfecto hacia donde mirar en mi país, pero no sé, por más que busco y busco, mi tutú sigue malo y completamente confundido. Que vaina ésta caráy!!!
henry.bambino@gmail.com
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